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Farmacia Martorell sabemos que nuestro cuerpo responde ante distintos estímulos sudando. Una de las principales del sudor es regular nuestra temperatura corporal, por ello sudamos más cuando hacemos ejercicio o nos exponemos al sol.
En este caso, sudar cuando se tiene fiebre, se debe a que nuestro cuerpo experimenta un aumento de temperatura al detectar un agente invasor en nuestro organismo para poder eliminarlo.
Consecuentemente, esto hace que sudemos más, pero sin embargo la fiebre no aparece siempre, por lo que un exceso de sudoración acompañado de un amento de temperatura puede estar indicándonos que existe alguna afección que debemos tratar cuanto antes.
Todos sudamos en mayor o menos cantidad, esto se debe a que la sudoración permite que nuestro cuerpo pueda regular su temperatura corporal eliminando agua, principalmente a través de zonas que contengan una mayor cantidad de glándulas sudoríparas, como las axilas.
Podemos sudar por dos motivos:
-Para regular la temperatura corporal. Cuando hacemos deporte, nuestra frecuencia cardíaca aumenta, al igual que nuestra temperatura, por lo que nuestro organismo activa sus glándulas sudoríparas y expulsa líquido para controlar el aumento de la temperatura.
Pasa lo mismo cuando enfermamos y nuestra temperatura corporal aumenta.
-Para eliminar toxinas. En nuestro cuerpo se acumulan toxinas debido a un estilo de vida sedentario, mala alimentación y hábitos de vida poco saludables.
Nuestro cuerpo utiliza el sudor para eliminar agentes tóxicos que, en altas cantidades, puede aumentar el riesgo de sufrir enfermedades.
Entonces ¿es bueno sudar si tengo fiebre?
La función de la fiebre es eliminar bacterias y virus mediante el aumento de la temperatura corporal.
Podemos decir que tenemos fiebre cuando nuestra temperatura corporal es superior a 37,2ºC o 37,5ºC.
Cuando nuestro sistema inmunológico detecta bacterias o virus en nuestro organismo, segrega unos químicos conocidos como pirógenos, los cuales son producidos por los glóbulos blancos.
Estos químicos llegan a nuestro hipotálamo, una glándula que se encuentra en el cerebro y que regula nuestra temperatura corporal.
Cuando esta glándula recibe los pirógenos, se activa un mecanismo que aumenta la temperatura de nuestro cuerpo para poder luchar contra la infección.
La fiebre no es mala siempre y cuando no supere los 40,5ºC en adultos y los 39ºC en los niños. Sin embargo, cuando la fiebre supera estas cifras puede convertirse en una amenaza y debemos acudir inmediatamente al médico.
El sudor no es más que un síntoma de que la fiebre está respondiendo al aumento de temperatura. Pero es importante mantenernos hidratados, ya que de lo contrario el sudor podría causarnos una deshidratación.
No se debe estimular la sudoración con el uso de mantas ya que podríamos hacer que la temperatura aumentara, lo cual sería un problema.
Nuestro cuerpo tiene sus propios mecanismos para defenderse naturalmente, midiendo su temperatura durante la afección.
